La Cruzada de los Neocons

Cuando el Presidente George H.W. Bush, venció al ejército de Irak en la Guerra del Golfo, dejo a Saddam Hussein en el poder. El dictador después de su derrota, aplasto a shiitas y kurdos para mantener control del régimen. Pero EE.UU. no intervino. Bush declaro: “No voy a comprometer a las tropas de EE.UU. en una guerra civil en Irak”. En realidad opto por preservar el “equilibrio estratégico” de la región y evitar otro Vietnam.

Diez años más tarde su hijo, George W. Bush, tomo el poder e hizo todo lo contrario.

El objetivo inicial fue el terrorismo. Pero después de invadir Afganistán sucedió algo inexplicable. Bin Ladin fue cercado por cuatro mil marines en las montañas de Tora Bora, al mando del Brigadier General James N. Mattis. Cuando el general pidió autorización para atacar el escondite del terrorista, según The New York Times, el comando central rechazo la orden y el terrorista mas buscado del mundo escapo.

Bush pudo capturar a Bin Ladin y acabar victorioso, pero se desvió a Irak. Para hacerlo mintió: dijo que en Irak habían terroristas y armas de destrucción masiva. Muchos le creyeron. El Washington Post dijo: “no concebimos como alguien puede dudar que Irak tiene armas de destrucción masiva”.

Después de aterrar a la población, Bush se apodero de Irak. Donald Rumsfeld, asumió prácticamente el control de la invasión, la política externa y la inteligencia de su país. Se confió en que, el ejército más poderoso del mundo, le diera un trámite rápido a la invasión.

Pues no fue así. Poco después que Bush declaro su “Misión Cumplida” en Irak, estallo la insurrección y la invasión se convirtió en una carnicería sin precedentes. Han pasado más de tres años. Las tropas norteamericanas han combatido en Irak mas tiempo que en la segunda guerra mundial. Las bajas han hecho pedazos los pronósticos más audaces.

Irak es un desastre. Las milicias han dividido al país y están en guerra. La maquinaria bélica del ejército americano esta entrampada.Nueve mil irakies buscan refugio semanalmente en los países limítrofes.

Ahora si, gracias a la invasión, Irak es un semillero de terroristas y Bin ladin es el “abanderado” de los “jihadistas” a los cuales les vende Irak como un frente contra los enemigos del Islam. La región esta contaminada por el virus de la violencia y EE.UU. envés de poner el virus en cuarentena, lo propaga con la violencia. El Rey de Jordania advirtió recientemente que si las cosas siguen como están habrá tres guerras civiles: Líbano, Palestina e Irak.

En EE.UU. se empieza a sentir la presión moral y económica de la guerra. Las torturas de Abu Grahib horrorizaron al mundo. Y los 350 billones de dólares que se han gastado en Irak, resultan inaceptables, para el país mas rico del mundo, que ve reducidos sus presupuestos para la educación y la asistencia medica.

En las filas de los neocons y el entorno presidencial comenzaron las deserciones. Henry Kissinger dijo que no habrá victoria militar en Irak. Colin Powell reconoció que hay una guerra civil. Tony Blair , declaro que “la guerra es un desastre”.

Lo cierto es que, en opinión de los expertos de la CIA, al terrorismo se le combate con policías y espías y no con el ejército. Como recientemente lo demostró Scotland Yard en Inglaterra.

Entonces, ¿por que asignarle al ejercito una misión imposible y convocar a una guerra en Irak contra el terrorismo? Porque la misión es otra: invadir Irán y terminar de controlar la región. Por eso Bush descarto las recomendaciones de la comisión Baker y dijo que los cambios en la estrategia en Irak los hará de acuerdo al último memo de Rumsfeld: las tropas se reubican, pero se quedan en la región.