
Todo iba bien en la vida de Gerald Ford hasta que perdono a Richard Nixon. Su popularidad se desplomo y paso a la historia como un presidente cuya integridad fue puesta en tela de juicio por el pueblo americano.
Desde el principio de su carrera política en Washington se supo ganar la simpatía y respeto de republicanos y demócratas. Fue miembro del congreso por 25 años en representación del estado de Michigan. Lo eligieron por 98 votos en el congreso para que reemplace al vicepresidente Spiro Agnew, cuando este se vio obligado a renunciar por un escándalo de soborno cuando fue gobernador de Maryland. En su discurso de agradecimiento en el congreso Ford dijo: “Yo soy un Ford, no un Lincoln”, afirmando así una de sus cualidades más destacables en ese momento la sencillez y humildad de carácter.
Nixon, que fue muy amigo de Ford cuando estaban en el parlamento, lo eligió por que presentía que navegaba por aguas turbias, durante el escándalo del Watergate y todo Washington sabia que el nuevo vicepresidente, bien podía ser en unos meses, el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Y así fue. Nixon renuncio y lo reemplazo Gerald Ford. El único presidente y vicepresidente que jamás gano una elección para ser elegido. Cuando postulo a la reeleccion su popularidad estaba por los suelos. El fantasma de Richard Nixon lo acompaño hasta las urnas y Jimmy Carter lo derroto en 1976.
Cuando Ford perdono a Nixon, en 1974, dejo impune no solamente el escándalo de Watergate, sino también el bombardeo ilegal de Camboya, el asesinato de Lettelier en Washington, el derrocamiento del Presidente Allende en Chile y los crímenes del dictador Pinochet y el apoyo incondicional a la dictadura del General Videla en Argentina, responsable de la desaparición de miles de ciudadanos argentinos. Entre otros casos que cambiaron la vida de dichos paises y merecio la condena moral de toda la humanidad. Nixon debio rendir cuentas de sus actos ante la justicia.
Ford declaro que perdono a Nixon porque, en su opinión, había sufrido lo suficiente durante la investigación de Watergate y la renuncia de su mandato. Nadie le creyo. Lo acusaron de haber hecho una trato secreto con Nixon. Ford destruyo mas de 25 años de una exitosa carrera política, que se habían caracterizado por su vocación por el dialogo y la concertación bipartidaria.
Durante sus dos años y medio de presidencia, su principal misión fue curar las heridas que heredo: Watergate y la derrota de Vietnam. La política externa de este país estaba en su peor momento. Algo similar le ocurrira a quien herede la guerra de Irak después de Bush.
Donald Rumsfeld fue el ministro de defensa de Ford y Dick Cheney el chief of staff de la Casa Blanca. Ambos conspiraron desde la derecha para que Ford se alineara a su doctrina. De hecho contribuyeron a que Ford desembarcara al liberal Nelson Rockefeller de la vicepresidencia cuando lanzo su candidatura presidencial. Años después los "neocons" volvieron al poder. Rumsfeld y Cheney consiguieron hacer su sueño realidad: formar un gobierno dentro del gobierno. Esto, por cierto, gracias a la debilidad e inexperiencia de Bush en el gobierno.
Ford nunca logro cautivar al público. Especialmente después del perdón de Nixon. Se hizo famosa por esa época la expresión de Lyndon Johnson: “Ford es tan tonto que no puede caminar y mascar goma al mismo tiempo”.
Dos años después de gobernar se enfrento a Ronald Regan en las primarias republicanas y aunque Regan estuvo a punto de ganarle la nominación presidencial, Ford salio elegido. Pero las debilidades del candidato republicano se hicieron evidentes meses después, durante un sonado debate electoral en 1976, con el candidato demócrata Jimmy Carter. Ford iracundo dijo “Pero, Sr. Carter… Polonia no esta realmente controlado por un gobierno comunista”. Carter respondió de manera tan contundente que mando a Ford a su jubilacion en Palm Springs.
Desde el principio de su carrera política en Washington se supo ganar la simpatía y respeto de republicanos y demócratas. Fue miembro del congreso por 25 años en representación del estado de Michigan. Lo eligieron por 98 votos en el congreso para que reemplace al vicepresidente Spiro Agnew, cuando este se vio obligado a renunciar por un escándalo de soborno cuando fue gobernador de Maryland. En su discurso de agradecimiento en el congreso Ford dijo: “Yo soy un Ford, no un Lincoln”, afirmando así una de sus cualidades más destacables en ese momento la sencillez y humildad de carácter.
Nixon, que fue muy amigo de Ford cuando estaban en el parlamento, lo eligió por que presentía que navegaba por aguas turbias, durante el escándalo del Watergate y todo Washington sabia que el nuevo vicepresidente, bien podía ser en unos meses, el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Y así fue. Nixon renuncio y lo reemplazo Gerald Ford. El único presidente y vicepresidente que jamás gano una elección para ser elegido. Cuando postulo a la reeleccion su popularidad estaba por los suelos. El fantasma de Richard Nixon lo acompaño hasta las urnas y Jimmy Carter lo derroto en 1976.
Cuando Ford perdono a Nixon, en 1974, dejo impune no solamente el escándalo de Watergate, sino también el bombardeo ilegal de Camboya, el asesinato de Lettelier en Washington, el derrocamiento del Presidente Allende en Chile y los crímenes del dictador Pinochet y el apoyo incondicional a la dictadura del General Videla en Argentina, responsable de la desaparición de miles de ciudadanos argentinos. Entre otros casos que cambiaron la vida de dichos paises y merecio la condena moral de toda la humanidad. Nixon debio rendir cuentas de sus actos ante la justicia.
Ford declaro que perdono a Nixon porque, en su opinión, había sufrido lo suficiente durante la investigación de Watergate y la renuncia de su mandato. Nadie le creyo. Lo acusaron de haber hecho una trato secreto con Nixon. Ford destruyo mas de 25 años de una exitosa carrera política, que se habían caracterizado por su vocación por el dialogo y la concertación bipartidaria.
Durante sus dos años y medio de presidencia, su principal misión fue curar las heridas que heredo: Watergate y la derrota de Vietnam. La política externa de este país estaba en su peor momento. Algo similar le ocurrira a quien herede la guerra de Irak después de Bush.
Donald Rumsfeld fue el ministro de defensa de Ford y Dick Cheney el chief of staff de la Casa Blanca. Ambos conspiraron desde la derecha para que Ford se alineara a su doctrina. De hecho contribuyeron a que Ford desembarcara al liberal Nelson Rockefeller de la vicepresidencia cuando lanzo su candidatura presidencial. Años después los "neocons" volvieron al poder. Rumsfeld y Cheney consiguieron hacer su sueño realidad: formar un gobierno dentro del gobierno. Esto, por cierto, gracias a la debilidad e inexperiencia de Bush en el gobierno.
Ford nunca logro cautivar al público. Especialmente después del perdón de Nixon. Se hizo famosa por esa época la expresión de Lyndon Johnson: “Ford es tan tonto que no puede caminar y mascar goma al mismo tiempo”.
Dos años después de gobernar se enfrento a Ronald Regan en las primarias republicanas y aunque Regan estuvo a punto de ganarle la nominación presidencial, Ford salio elegido. Pero las debilidades del candidato republicano se hicieron evidentes meses después, durante un sonado debate electoral en 1976, con el candidato demócrata Jimmy Carter. Ford iracundo dijo “Pero, Sr. Carter… Polonia no esta realmente controlado por un gobierno comunista”. Carter respondió de manera tan contundente que mando a Ford a su jubilacion en Palm Springs.
Hoy The Washington Post publico las declaraciones de Gerald Ford a Bob Woodword en el 2003, cuando Bush invadio Iran. Ford declaro enfaticamente que estaba en contra de la invasion. Señalo que se debieron buscar otros caminos para promover un cambio de regimen en Irak pero de ninguna manera se debio optar por la guerra. Critico asi mismo a Cheney y Rumsfeld, (ver foto) quienes trabajaron con Ford durante su administracion, por haber inventado el tema de las armas de destruccion masiva para justificar la guerra de Irak.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario