
Según los analistas europeos David Beckham, tiene piernas pero ya no tiene la motivación de competir en las grandes ligas europeas. Los entrenadores y dirigentes se han dado cuenta de esto y sobre todo quien mejor lo sabe es Beckham, por eso negocio su pase al Galaxy de Los Ángeles.
“Tiene tres años más de futbol en sus pies y su corazón esta avejentado por 15 años de batallas futbolísticas”. Dijo un periodista de La Opinión de California.
¿Pero entonces por que la aparatosa y rimbombante, llegada del astro de los $ 250 millones a EE.UU.?
Por un lado Beckham opto por un semi-retiro del fútbol grande y EEUU, no es un mal lugar para esto, porque el fútbol no es un deporte de mayorías y nadie lo conoce. Así hay menos presión en la cancha. Excepto claro esta en el cada vez más lucrativo mercado hispano; y, por otro lado, si el Galaxy no estaba en el mapa pasional de los aficionados de numerosos países del mundo, súbitamente, ya lo está. La respuesta seria entonces: plata y mercadeo. Algo que va de la mano en el fútbol profesional.
Los que saben ven a Beckham en decadencia. Pero es fotogénico y vende camisetas con su nombre entre los millones de aficionados. En realidad es una especie de Paris Hilton de la cancha y las cámaras lo siguen por donde va. Que mejor lugar para retirarse del fútbol que Hollywood.
Sin embargo Beckham debe rendir resultados deportivos. De otra manera, carisma, personalidad, glamour, y ese toque de exquisitez, se irán por la alcantarilla, algo que sabe de sobra el jugador.
¡Pero 250 millones de dólares por un jugador de fútbol es una aberración! En realidad la cifra exacta que depositarán sus nuevos jefes en la cuenta de Beckham son 400 mil dólares y el resto procede de patrocinadores y acuerdos, pero, sobre todo, a Beckham lo sedujo la libertad para que reciba el 100 por ciento de los ingresos por la venta de su imagen y nombre.
El Galaxy es, además, el niño mimado de Philip Anschutz, el magnate y conservador protestante, activo dirigente de la derecha cristiana, dueño de un poderoso conglomerado de medios de comunicación, y gran contribuyente del partido republicano. Todo el aparato de mercadotecnia y desarrollo de Anschutz se centrará en este equipo.
Lo que resulta inconcebible, para usar un eufemismo, es que el sueldo de un jugador de fútbol sea de $50 millones de dólares. Cuando un profesor en EE.UU. difícilmente gana mas de $40 o $50 mil al año. ¿Cual es el aporte de Beckham a la educación de los miles de hispanos que bregan en las aulas por un titulo secundario?
Si el propietario de el Galaxy de Los Ángeles, es tan cristiano y moral, como lo expresan sus campañas moralistas en Hollywood, debería reinvertir las ganancias que generara Beckham en EE.UU. promoviendo la educación y el deporte, entre la juventud hispana, juventud que ahora alentara al astro ingles en su temporada de reciclaje en Hollywood.
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