3 de agosto de 2008

Del Azote a los Fármacos

Desde siempre los niños que no “encajan” en la escuela la pasan muy mal. Antes eran llamados al orden con mano dura. Yo fui víctima y testigo de humillaciones y golpizas de la mano de respetables sacerdotes que obraban así para “educarnos” y, lo peor del caso, es que contaban con la benevolencia de nuestros padres, quienes sin ningún remordimiento aceptaban que se nos propinaran estas golpizas, porque confiaban que los profesores, en este casos los curas, sabían lo que hacían.
Pero no todos, por cierto, corrían la misma suerte. Siempre ha habido instituciones pedagógicas civilizadas que respetaban al alumno bajo la premisa de que cada niño es único y por lo tanto aprende de diferente manera. Asi se educa a la elite.
Para los demas, ahora el látigo se reemplazó por las drogas y ocurre que hoy la conducta más normal de un niño resultaría ser uno o más de los múltiples "trastornos" mentales de moda. Y nuevamente los profesores, con la venia de los padres de familia, envían a los niños a los psiquiatras o neurólogos, para que les den su "tratamiento".
Ahora los problemas del aprendizaje (como la incapacidad para comprender las matemáticas) se han clasificado como enfermedades mentales.
Hay psiquiatras que aseguran que casi todo niño que no sea tranquilo, callado, estudioso, tenga un comportamiento perfecto y obtenga buenos resultados académicos debe de tener un "desequilibrio químico" en el cerebro. El "tratamiento" es tan sencillo como homogéneo: darles psicofármacos.
Sólo hay un problema con esta teoría, y en este caso no hace falta más: es falsa. Nunca se ha podido demostrar o respaldar científicamente. La teoría sobre "el desequilibrio químico" aparenta ser un "hecho" porque se presenta por la "autoridad". Eso puede parecer inverosímil, si consideramos que millones de niños, incluso bebés de 18 meses, ya están tomando anfetaminas, antidepresivos y otras drogas psicotrópicas que alteran la mente.
El Dr. Fred A. Baughman Jr., neurólogo infantil y miembro de la Academia Americana de Neurología, afirmó: "No existe un sólo 'trastorno de comportamiento' que se haya podido comprobar que sea una enfermedad o algo orgánico o biológico".
El "trastorno" que se diagnostica a los niños con más frecuencia, es el Trastorno de Atención Deficitaria por Hiperactividad (ADHD). Los expertos afirman que estos trastornos son un fraude, y que cualquier diagnóstico que desemboque en la administración de peligrosos psicofármacos a un niño, no es sólo fraudulento, sino que también es un delito.

1 comentario:

  1. Preciosa entrada! Cada niño es diferente y menos mal!
    http://cuandonotodossontdah.blogspot.com.es/

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