La incidencia de la depresión entre los niños y, muy especialmente, entre los adolescentes se ha incrementado de forma alarmante en los últimos años.
Uno de cada cinco niños, según algunas investigaciones, presentan algún tipo de trastorno mental, emocional o de conducta clínicamente diagnosticable. Cerca de uno de cada diez pueden padecer algún tipo de trastorno emocional severo. Sin embargo el 70% de los niños y adolescentes no reciben ningún tipo de tratamiento especializado. El 3% de los niños y uno de cada ocho adolescentes sufren algún tipo de Depresión.
Una vez que un niño o un adolescente ha experimentado un episodio depresivo, el riesgo de padecer un nuevo episodio dentro de los cinco años siguientes se multiplica significativamente. Se calcula que el 20% de los adolescentes que sufren una depresión mayor desarrollarán un trastorno maníaco-depresivo en los cinco años posteriores a la aparición de los primeros síntomas depresivos.
Pero, por lo general, los sistema de apoyo psiquiátrico gratuito para niños o jóvenes se brinda a la comunidad solo cuando hay situación de crisis. Es decir cuando es tarde y el joven un problema severo de drogas y alcoholismo. La única alternativa para los padres que tengan necesidad de un tratamiento sicológico para sus hijos es el sector privado donde un tratamiento sicoanalítico podría costarle entre 150 y 200 la hora.
Los estudios mencionados, por lo demás, mencionan los efectos del problema de los jóvenes, pero no se mencionan las causas.
Todos sabemos que los que no tienen la suerte de poder vivir el "sueño americano" tienen que trabajar presionados por un sistema económico tan violento que los padres trabajan todo el dia y niños y los jóvenes quedan prácticamente abandonados a su suerte; y si no es el "lead" o la TV, es la violencia domestica, los divorcios y el abuso sexual, los que le instalan a los frágiles cerebros infantiles neurosis incurables.
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