16 de setiembre de 2006

Con la vida en un hilo

En la década de los ochentas, en los círculos de la izquierda peruana se discutían la opción y las acciones para tomar el poder.
Unos apostaron por la democracia para realizar el cambio desde las urnas y casi lo logran. Otros esperaron que los demócratas de la izquierda fracasaran, para iniciar la guerra popular y tomar el poder por las armas. En la práctica la guerra no fue precisamente “popular” y estuvieron lejos de tomar el poder. Pero hicieron sangrar el país por más de una década. Las derechas también lo “sangraron”, pero de otra forma.
Ambos movimientos de izquierda se inspiraban en el pensamiento político del periodista y escritor peruano Jose Carlos Mariategui. La extrema izquierda, liderada por el trsitemente celebre Sendero Luminoso, fue un poco más allá y reivindico el pensamiento político de Mao Tze Tung. En una interpretacion libre de su lider Abimael Guzman.
Era el único país en el mundo con un movimiento maoísta en armas. Nunca olvidare que en una visita a Taiwan, mis anfitriones unos periodistas chinos, antes de preguntarme sobre mi viaje me preguntaron asombrados, ¿si era posible que tuviéramos un grupo armado maoísta en el Perú?
Como si los peruanos no lo hubieran vivido antes votaron por la socialdemocracia “hechizados” por la “virtuosidad histriónica” de Alan García.
No paso mucho tiempo hasta que apareció en las primeras planas del país, que el terrorismo cobraba cada vez mas victimas en el campo. Hasta ahí Sendero Luminoso actuaban como maoístas, desarrollando la “guerra popular del campo a la ciudad”. Pero lejos de comportarse como pacientes asiáticos y trabajar en un “cerco de sangre” de la ciudad de Lima, se precipitaron y a los pocos años los terroristas debutaron en la ciudad. Lo cierto es que a Guzman las cosas no le salian como el queria en el campo y se desplazo a la ciudad para inflamar el ambiente y ganar tiempo.
El Estado salio a luchar con las mismas armas: el terror.
Apareció otro grupo terrorista llamado Moviendo Revolucionario Tupac Amaru, (MRTA), que la población identifico con los militares que habían gobernado en los setentas y por lo tanto eran un tanto cercanos a Cuba.
De acuerdo a la propuesta maoísta, las acciones armadas de Sendero, agudizarían las contradicciones de la estructura política y social del país. Así no solamente buscaban destruir al Estado sino a los “hechiceros” de la izquierda democratica.
Consecuentemente los dirigentes políticos, por ejemplo, que habían trabajado una década tratando de movilizar y concientisar a la clase trabajadora, por una opción de izquierda democrática, terminaban en las cárceles del Estado o desaparecidos.
El Presidente García, hizo todo lo que estuvo en su poder para destruir la economía del país. Incluso alcanzo un record mundial inflacionario y desapareció la moneda, hubo que inventar otra. El pais practicamente permanecia aislado de la comunidad finanaciera internacional. En la ciudad el agua y la luz estaban racionalizadas. La corrupción se institucionalizo y el país era literalmente ingobernable.
Era el caldo de cultivo ideal para las dos organizaciones terroristas en accion.
La verdad es que en ese momento ni el Estado, ni los dos movimientos terroristas podian ganar la guerra, por lo tanto, la situación era insostenible. Se llego a hablar de una invasión de los países vecinos porque el terror y el narcotráfico amenazaban las fronteras de la región.
Un oscuro personaje llamado Alberto Fujimori le gana las elecciones al escritor Mario Vargas Llosa, y se alía con los militares.
A fuerza de mucha disciplina fiscal y ayuda de la comunidad europea y los EE.UU. Fujimori estabiliza la economía, privatiza parte del aparato empresarial estatal y al segundo año, da un autogolpe, que le permite cerrar el parlamento e instaurar una especie de “democracia travesti”, donde co-gobernaba una elite de militares con Fujimori.
En los próximos diez años en el Perú, no se conocieron los derechos humanos. No había huelgas, no había oposición, a Vargas Llosa lo persiguieron e incluso le quisieron quitar la nacionalidad peruana por denunciar los abusos de Fujimori y por mantener una franca y lucida oposición.
Se secuestraron los Poderes del Estado y la prensa. Desde Palacio y desde el despacho del siniestro asesor presidencial Vladimiro Montesino, se cometieron los más grandes latrocinios contra el país. Pero la población percibió que ese era el costo de la seguridad nacional. Y lo apoyaron. Sendero en su guerra fratricida creo una atmósfera de serpientes en el país.
La población vivió entre el terror del Estado y de los dos grupos terroristas que se peleaban las primeras planas de las noticias diarias. La población podía identificar por las características del atentado el grupo terrorista detrás. Uno de ellos se especializo en los secuestros de personalidades o empresarios ricos para financiarse sus operaciones terroristas. Los otros se prestaban como ejércitos de mercenarios para cobrar “un cupo” a los narcotraficantes que operaban en la amazonia del Perú. Ahí también se movilizo la elite cívico militar que cogobernaba el país para sacar su tajada del prospero negocio de la cocaína.
La coca en realidad vino a ser el combustible que inflamo la guerra terrorista.
Con el control de la prensa por el estado pronto la población estaba casi desinformada de los pasaba.
Era más fácil saber que había pasado la noche anterior, hablando con un taxista que a través de un noticiero o un periódico.
Los empresarios enfrentaban a los terroristas y a los agentes del gobierno liderados por la dupla “gansteril”, Fujimori-Montensino. La institución recolectora de impuestos era una especie de GESTAPO, que amenazaba a cualquier empresario que no se alineaba con las coimas y los intereses del gobierno.
La seguridad nacional era la bandera que flameaba a los cuatro vientos y cualquiera que amenazaba con oponerse al régimen, pagaba caro su desobediencia y terminaba desaparecido o secuestrado. Nadie sabia para quien trabajaba. Surgió una fiebre de patriotismo y corporativismo. El poder económico cambio de manos. Surgieron nuevos ricos.
La clase media y alta, aplaudía al régimen de Fujimori con la fantasía de que cuidaba el orden y luchaba decididamente contra el terror.
No pasaba un día sin que un ciudadano escuchara el aterrador sonido de un coche bomba. Como ahora en las ciudades de Irak. El grupo sendero se hizo letal. Su líder un profesor de filosofía de la provincia de Ayacucho era una figura mítica, aparentemente inalcanzable. La gente empezó a decir que las mazas senderistas se movilizaban hacia la guerra popular. Que el día estaba cerca para tomar el poder. Supieron usar muy bien los "rumores" entre la poblacion que permanecia desinformada de lo que pasaba en su pais.
En el campo la población sufría la persecución y muerte sistemática tanto de los militares como de los terroristas.
Inspirado en un lema de la dictadura militar argentina, un general peruano llamado Luis Jaime Cisneros dijo en televisión: “Si de cien muertos uno es terrorista, hemos cumplido nuestra misión”. Y la clase media aplaudía a rabiar.
Durante el primer gobierno de García, los militares se metieron a las cárceles y mataron más de un centenar de presos por terrorismo a sangre fria. Muchos de los cuales aun no habían sido juzgados por delito alguno. Durante el régimen de Fujimori un grupo de paramilitares abrió fuego durante un almuerzo de civiles, matando a docenas de personas. El mismo grupo paramilitar ingreso al Campus Universitario y secuestro a estudiantes que después aparecieron enterrados en una fosa. En el campo se descubrian fosas comunes con decenas de cadaberes de campesinos. En el Peru muchos campesinos constituyen una poblacion indocumentada por lo tanto son dificiles de censar y cuando desaparecian en el teatro de batalla los numeros eran relativos.
Recuerdo con asombro haberme enterado que los terroristas estacionaban en estaciones estación de gasolina los coches bomba y luego llamaban a la policía por teléfono, para darles el dato. Cuando llegaban los policías a la gasolinera volaban el auto con todos los inocentes alrededor. Un taxista me contó que fue testigo del bombardearon de un camión del ejercito y los cuerpos descuartizados quedaron regados en toda la cuadra. Dos policías femeninas de transito, encontraron un carro mal estacionado y lo remolcaron con una grúa, en el camino explosiono matando a todos a su paso. Dos coches bombas explotaron en una zona comercial de la ciudad. Únicamente sobrevivieron a la explosión el edifico donde yo vivía, un banco y un edificio de vivienda inhabilitado por meses. Todo lo demás de la cuadra desapareció y murieron más de 300 personas. Desde el balcón de mi departamento, pude ver como colocaban los cadáveres en un camión.
Un día el gobierno tuvo un golpe de suerte y cayo el líder de la organización maoísta que había sembrado el pánico de la población por más de una década. Y se acabo el terrorismo.
La paz volvió al país.
Entonces se supo que los terroristas no eran más que una minoría bien organizada. Basada en una organizacion vertical que dependia absolutamente en su lider maximo. En la practica eran tan fanaticos y fundamentalistas como los islamitas de hoy. El terrorismo estaba financiado por el narcotráfico y los secuestros. El MRTA acabo igual, con los lideres presos se acabo la organizacion. También se supo que la policía, era regularmente comprada por los propios terroristas.
Abimael Guzman, líder del grupo maoísta, cayó por la eficiente labor de inteligencia de un grupo policial de elite que opero separadamente de la policía.
Lo que vino después fue igualmente trágico, por cierto.
El triunfo sobre el terrorismo consolido al régimen de Fujimori-Montesino y a la elite militar, que gobernó el país a su antojo.
Despues de una decada de corrupcion y autoritarismo, Montesinos fue descubierto en uno de sus propios videos sobornando a funcionarios, políticos y periodistas, además de confirmarse que traficaba armas y coca. Se fugo y cayó en Venezuela. Fujimuri se fugo a Japon, donde fue muy bien acogido por la derecha japonesa y mas tarde cayó en Chile.
Alan Garcia regreso al poder.
Años después en EEUU. Vuelvo a vivir en un país amenazado por el terrorismo. Coaccionado por las restricciones de los derechos humanos y la amenaza terrorista.
Vuelvo a vivir y ser un silencioso testigo del abuso del poder y el régimen del miedo.
Son países diferentes, claro esta, y también enemigos diferentes. Pero desgraciadamente lo que tienen en común es que la victima siempre es la población civil.
Me pregunto: ¿Que hubiera pasado si Abimael Guzman hubiera sido entrenado por la CIA y le hubiera ganado la guerra a los soviéticos y fuera multimillonario? ¿Seguiría libre?
¿Que hubiera hecho Fujimori con el ejercito mas poderoso del mundo y la industria bélica detrás? ¿A que intereses hubiera servido?
¿A que intereses realmente sirvió el terrorismo en el Perú y a que intereses esta sirviendo en EE.UU.?

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